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EVITAR EL ACOSO O BULLYING (Parte I)

1.- El verbo SER y ESTAR

Para muchos idiomas el verbo Ser y Estar son iguales. Se usan indistintamente, pero para el español o castellano, es diferente. Y es importante que los usemos correctamente al hablar a nuestros hijos, para que aprendan desde pequeños a diferenciarlos y así evitar situaciones muy desagradables. Al saber usan estos verbos correctamente vamos a enseñar a nuestro hijo a distinguir a un acosador o evitar que se convierta en una víctima de acoso.

Hagamos una lista de adjetivos calificativos con el que podemos describir a las personas:

  • Rubio
  • Mentiroso
  • Ojos verdes
  • Vago
  • Raza blanca
  • Tímido
  • Moreno
  • Desordenado
  • Ojos azules
  • Revoltoso

 

He hecho dos columnas, la primera son adjetivos sobre nuestro físico. Son adjetivos que no podemos cambiar. Nacemos con ojos marrones, negros o verdes, es algo que siempre seremos. Al igual que nuestro color de piel o de pelo. Por eso usaremos siempre el verbo SER, porque es un hecho. Somos así y así seremos.

Ejemplos:

  • Raquel es morena.
  • Laura es de ojos azules
  • Javier es de raza blanca

Pero la segunda columna de adjetivos calificativos hacen referencia a la personalidad. Nunca debemos usar el verbo SER en frases que hagan referencia a su personalidad con nuestros hijos o estudiantes. El verbo SER lleva implícito en el significado que se “es” siempre y que no se puede cambiar. Mientras que el verbo “estar” tiene un significado cambiante. Es decir, en ocasiones estará y en otras no.

Ejemplos:

  • Mario, creo que me estás mintiendo.
  • Cecilia últimamente estás muy revoltosa
  • Hoy Santi está tímido

 

Si nosotros usamos los adjetivos de la segunda columna con el verbo SER, estaremos mellando la autoestima de nuestro pequeño. No es lo mismo decir “Hoy estás muy vago”, a decir “Eres un vago”. La segunda frase es lapidaria. Con ella estamos diciéndole que SIEMPRE es un vago, mientras que con la segunda frase le estamos haciendo referencia al momento que lo está siendo o haciendo y por lo tanto es algo cambiante.

Si le enseñamos a hablar correctamente a nuestro hijo evitaremos crearle unas inseguridades en su personalidad. Pues no siempre es mentiroso, ni vago, ni siempre es tímido. Lo mismo sucedería con los adjetivos positivos. Pero al ser positivos, el daño es menor o inexistente, porque cuando hablan bien de nosotros no nos sentimos mal. Pero usar mal esos adjetivos puede hacerlo engreído y carente de humildad.

Debemos enseñarle que nadie debe hablarle mal. Así localizará en seguida a un posible acosador o acosadora y pondrá los medios. Pero somos nosotros, los padres y educadores los que debemos empezar a usar correctamente el verbo SER y ESTAR.



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