aprender música jugando

LA IMPORTANCIA DE APRENDER MÚSICA JUGANDO

“Con los hijos el tiempo pasa y lo que no hagas ahora, lo perderás para siempre”. Ser mamá o papá es una responsabilidad, pero sobre todo es un verdadero privilegio. En ocasiones sólo tenemos las miras de la responsabilidad, de la complejidad y del agotamiento. Olvidamos que somos unos privilegiados por estar con ellos. Es cierto que renunciamos y aplazamos muchas cosas, por ellos. Así que te puedes pasar toda la vida prestando atención a la cara amarga de ser padre, y quedarte únicamente con el gran sacrificio que éste conlleva, o ver con ilusión como crecen tus hijos. Es como mirar este cuadro; puedes optar por ver la “muerte” o una bella joven panadera. Tú decides.

Los primeros seis años de vida de tu hijo, son los más importantes. Desarrolla la seguridad en si mismo y en el mundo que le rodea; también desarrolla el lenguaje y se asienta su forma de aprender las herramientas que usará en un futuro para solventar los problemas. Por eso es esencial que estemos con nuestros hijos en esa primera etapa, pues desarrollan sus capacidades cognitivas y emocionales.
Para ello, debemos saber cómo perciben nuestros hijos el mundo. No lo perciben como nosotros. Nuestros hijos perciben el mundo a través de los juegos, de la emociones y del afecto. Jugar es la clave para su desarrollo cerebral. El cerebro del niño está diseñado para aprender a través del juego.
Cuando jugamos con un niño, éste entra en modo aprendizaje; todos sus sentidos se centran en la actividad, lo que supone una mayor concentración. Y es capaz de asimilar mejor las palabras, los gestos, que cuando tratamos de enseñarlo o instruirlo de una forma más directa. A la hora de estudiar lenguaje musical, debemos tumbarnos en el suelo con él. Estar en su zona de confort le proporcionará seguridad y se creará un vínculo mucho más efectivo, tanto en el aprendizaje cognitivo, como emocional. Si le hablas con cambios de voz, atraerás mejor su atención. Las voces misteriosas y las voces agudas y graves, le ayudarán a divertirse y a captar su atención, es decir, como cuando le contamos un cuento. Cuando toques el violín con él, deberás sentarte en una silla pequeña, a su altura. Corregirlo con frases divertidas. Si sujeta el violín con la palma de la mano (algo muy común en los principiantes) puedes quitarle importancia al error, diciéndole que parece que lleva una bandeja llena de biberones. Eso les invitará a reírse y a subsanar el error durante unos segundos. Pero él no se sentirá que lo hace mal, simplemente intentará corregirlo. También puede que le divierta y vuelva a hacerlo conscientemente para repetir la broma. No pasa nada, pues él sabe como se corrige. Se le vuelve a hacer la broma, pues es lo que demanda, pero nuestro fin ya se ha conseguido.


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